Anónimo
- Hola, - Ya mucho tiempo... - Lo volví a hacer... aunque no lo había dejado, guardaba mi corazón para volver a hacerlo. Pero fue como esa vez... Los vi tristes, olvidados y sin ganas de vivir... Siempre me dices que no puedo hacer mucho ahora, no sé cuándo podré, quiero ser instrumento... - Te comprendo, ver que sufren hace que el corazón duela, y aunque nos alienemos a nuestra vida y nuestros asuntos, son una espina que no podemos quitarnos... Cuando te muestran otra realidad, esa que es silenciosa, esa que a gritos pide misericordia, pero que como de costumbre la ponemos en reproducción de segundo plano. ¿Y que vas a hacer?... - ¡Consagrarme a esos negocios, no me hará rico, me hará feliz... ¡Total, ese chileno que tanto admiramos dijo “¡La juventud es una edad para el heroísmo”, ehhh! si, lo sé, ya no soy tan joven, tengo que seguir adelante en mis asuntos, pero quiero hacer algo más... - Si, justamente eso. Hoy se libran muchas luchas y las más urgentes que
