“Repensar el Voluntariado: El camino no es fácil, pero si empezáramos…”
Las iniciativas que
comprenden la búsqueda de cambios radicales en la sociedad en la mayoría de
ocasiones se diluyen debido a nuestra falta de entendimiento de la realidad,
pues no logramos captar totalmente los problemas a los que nos enfrentamos. Los
esfuerzos de hoy están dirigidos a solucionar problemas temporales en vez de
erradicar definitivamente los problemas en que se ve envuelta la sociedad.
La erradicación de los
problemas necesita apoyarse en el voluntariado que las personas o instituciones
puedan realizar, por lo que hoy encontramos un sinnúmero de instituciones e iniciativas
que proponen planes para mitigar efectos de los problemas en las sociedad, pero
hasta hoy muchos problemas no han sido resueltos, y algunos cobran mucha
fuerza; entonces podemos deducir que algo anda mal, que las instituciones, las
personas y sus esfuerzos solo han contribuido en parte en esa búsqueda del
bienestar social.
Las instituciones y el
voluntariado suelen ser utilizados como balcones para sus miembros que buscan
más la promoción personal, el activismo, la presencia sin la debida orientación
de esfuerzos para lograr los objetivos planteados por las organizaciones. Por ello
su acción en la sociedad es ineficaz, pues de nada vale en una sociedad que
tenga todas las instituciones que normen, regulen, redistribuyan y ayuden a los
pobladores si su capital humano responde a intereses contrarios a los del bien común
y justicia social.
No desmerezco el trabajo
social o el voluntariado que cumplen
muchas personas pero estas se ven reducidas a acciones tangibles que no
permiten el verdadero desarrollo del hombre y de todos los hombres. La necesidad
de repensar el voluntariado y la responsabilidad social es materia urgente en
las instituciones pero aún más fuerte en los ciudadanos pues son ellos los
llamados al fortalecimiento de las mismas.
Los jóvenes buscamos
conocer realidades distintas, buscamos conocer otros horizontes, buscamos vivir
en paz, armonía y libertad. Sin embargo, nos chocamos con un mundo tan injusto,
un mundo egoísta, desigual, lleno de dolores, hambre, violaciones y tristeza. El
mundo está peor de lo que nos lo pitan, basta observar más allá de nuestras
narices, ¿pero es suficiente? Indudablemente ¡no es suficiente! Llegó el
momento de que dejemos de ser meros espectadores de un mundo hundido por la
crisis. Hasta cuando se repetirá la carreta de que son los sistemas políticos los
que nos tiene así!, Basta de repetir que son los políticos, los errores pasados,
la larga noche neoliberal, las disparidades económicas. Está llegando el
momento en que los jóvenes tomemos la batuta y empecemos a transformar
realidades.
Pero aquí también puede
haber fallas en el entendimiento, realmente es suficiente ayudar en una organización/fundación
transformando realidades externas, cuando no soy capaz de transformar las
realidades cercanas que son más urgentes y más difíciles de resolver como los
problemas del hogar, las necesidades de mis hermanos que no puedo resolver por
ayudar a otros?. Es realmente contrario y daña el sentido del voluntariado si
no se entiende bien que es el servicio. La ayuda no transciende cuando haces
algo por sentirte bien, es más bien egoísta.
Hoy nos preocupamos por gente
sin casa, cuando en nuestras casas no regalamos ambientes de armonía para que
mis padres y hermanos vivan. Hoy nos preocupamos por regalar juguetes y dar
todo el tiempo por ir a atender a los niños que no tienen nada, cuando a mis
hermanos menores no puedo ayudarle con su tarea. Hoy quiero unirme a grupos
para dar mi opinión ya que los “ineptos” políticos no hacen bien su trabajo, no
se han preparado bien, cuando yo me paso por la universidad para hacer
amistades, salir a farrear, perder tiempo y si me alcanza el día para estudiar
un poco. Es cierto que hacer voluntariado es bueno, pero nada que no tenga
buenas bases puede salir bien, nada.
Por eso estamos llamados
de manera urgente a fortalecer en nosotros la coherencia moral y el desarrollo pleno
de nuestras habilidades, pues el desarrollo solo puede estar orientado por personas
rectas, por personas que sean creativas, por personas que se hayan creado
convicciones. Menos actos, más convicciones y veremos que las realidades más
pequeñas cambian.
Es momento para darnos
cuenta de nuestros actos y modificar el curso de la existencia humana, de abrir
las mentes a las ideas creativas y a dejarnos todo por los demás. De entender
que significa servir y de dar motivaciones a nuestra vida. Urge repensar el
voluntariado, el camino no es fácil, pero si empezáramos…
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