De aquellos “NO” de hoy que serán un “SÍ” mañana.
Estimado Mario [de hace un par de años...], Sé que es bastante raro escribirte una carta a ti mismo. Lo hago desde la intimidad, desde la serenidad, lo hago desde aquellos momentos de cavilación, despojado de todo respeto humano, de toda elucubración, lo hago desde tu esencia, lo hago porque quiero aislar la influencia de los sentimientos, que en muchas oportunidades no te permiten actuar con ecuanimidad, claridad y voluntad. En la poca vida que hemos recorrido juntos, tu parte sensata, alegre y pragmática ha luchado contra tu parte derrotada, triste y pesimista [en años posteriores les dirás " mis ángeles y mis demonios "]. Concretamente te escribo porque deseo que tu lucha te va a llevar hacia algún sitio. La vida está plagada de buenos momentos y malos también. Aquellas expresiones de “la vida es color de rosa” o “vida con cero sufrimiento” no entran en la realidad, pues se quedan adornando nuestros deseos utópicos y mediocres de días y vidas fáciles. Querido Ma...